lunes, 4 de junio de 2012

Leyenda: La camelia blanca


Había una vez en la antigua China una princesa llamada Laurí y un rey llamado Manque. Ese rey era el rey de esa aldea, la aldea de la nieve. A esa princesa le encantaban las camelias blancas se perdía en su hermoso color claro e inmaculado. El rey era increíblemente hermoso con cabellos blancos y de piel morena y radiante, la princesa tenía cabellos rubios y piel color miel, ojos negros y profundos. ¡Era la princesa ideal para un rey tan apuesto!
Un día la joven princesa caminaba por su jardín de camelias y de lejos vio a un rey husmeando su huerta, al mirarlo se encuentran sus miradas y se enamoran profundamente.
Esa noche el rey le regaló una camelia y le faltaba un pétalo a ella no le importó ese detalle al instante se disparó una flecha enorme hacia su amado. Ella con un dolor agonizante quitó la flecha del pecho del rey y tomó la camelia estrechándola al alma. Lloro amargamente hasta que cayó dormida entre tanta tristeza y tuvo un sueño o una visión. Había una luz blanca, la rodeó con ternura ella se iba perdiendo en una flor cuyo color era el perdón del alma. Al despertar se encontraba junto a su amado perfumando su cuerpo, yo no era una princesa era una camelia blanca.

Leyenda escrita por Carla B., de 7mo B

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